Es fundamental preparar el rostro antes de un afeitado, sea clásico, con cuchilla normal o con máquina eléctrica, ablandando así la barba, que se liberen los pelos, quedando más suaves, con el fin de evitar irritaciones en la piel. Una piel irritada es molesta e incluso muchas veces puede llegar a ser dolorosa, pudiendo generarse en ella hasta hongos y bacterias. Un buen hábito sería, previo al afeitado, lavar la cara con agua tibia/caliente, usando un producto de pre-afeitado, un limpiador facial o un exfoliante facial, ayudándose con las yemas de los dedos, por toda el área a afeitar, masajeándola por unos minutos. Los productos deben ser de calidad, para que no roben toda la humedad de la piel ni que la deterioren.
El exfoliante no debe usarse a diario, ya que hace una limpieza más extrema, se puede alternar, usándolo 2-3 veces por semana. Luego de la limpieza, usar un aceite de afeitado, aplicarlo sobre la cara húmeda, dejándolo actuar por unos 15-20 segundos y aclarar con un agua caliente para activarlo. Con esto conseguimos que los pelos se levanten, es decir, se aparten de la piel, proporcionando una superficie resbaladiza y más lisa para la cuchilla/maquinilla. Ahora aplicaremos el jabón, la crema, espuma o gel, dependiendo del producto, usaremos las manos o una buena brocha de afeitar, ya sea de pelo de tejón, de caballo, brochas mixtas o sintéticas. Esto ya dependerá de tu tipo de piel.
Se recomienda afeitarse hacia de abajo hacia arriba, no a contrapelo, empezando por las áreas más fáciles, como las mejillas, y pasar luego al cuello, la barbilla y el bigote. Al hacerlo, limpiar frecuentemente la cuchilla, dando golpes cortos, y limpiándola. Recordar que debemos deslizar la maquinilla o cuchilla, no presionarla. Luego podemos dar una segunda pasada, si queremos conseguir un afeitado más apurado, aplicando nuevamente jabón, crema o el producto que hayas decidido utilizar y ya podremos continuar con el afeitado pero esta vez lo haremos de lado, o de abajo hacia arriba. Se pueden hacer incluso hasta cuatro pasadas, pero sería ya en el caso de tener la barba muy cerrada, mucho vello facial. Luego lavar la cara con agua fría, secándola con una toalla limpia y toallitas de papel. El agua fría lavará el exceso de residuos y también apretará los poros. Existen piedras o lápices de alumbre que son antisépticos naturales para mitigar los pequeños cortes y sangrado que se hayan podido producir. Aplicar luego after shave, bálsamo o un producto bueno post shave para hidratar la cara, para pieles sensibles, de preferencia que sean sin alcohol.